martes, 27 de octubre de 2009

En vista de la popularidad de este circuito entre los usuarios del blog, y dado que han surgido numerosas dudas y peticiones de ayuda para su construcción, he decidido construir yo mismo un receptor con los materiales que tenía más a mano, y poner los resultados a vuestra disposición.

Contando con los componentes de que disponía, me propuse construir el siguiente diseño:

Una de la dudas que he observado en vuestros comentarios es el de la bobina, que por otro lado es el componente más complicado del circuito, pues hay que construirla. Pues bien, aquí tenéis una solución muy simple, pero que os puede servir de ejemplo.

Comencemos pues por la bobina, que va a ser variable mediante un sistema de desplazamiento, también muy simple y rudimentario:

Tomé una botella de cristal de 3/4 de litro, y a lo largo de todo el cuerpo bobiné hilo de cobre esmaltado. Para empezar, diré que no tenía hilo suficiente de la misma sección para cubrir toda la botella, así que fuí bobinando hilo de 0,6 mm, hasta que se terminó (cubrió una tercera parte de la botella), el resto es hilo de otra sección (unos 0,8 mm) que uní al anterior (lo ideal es que sea todo de la misma sección). Fui contando las vueltas y en total salieron 158; cada vuelta al cuerpo de la botella tiene una longitud de 24 ó 25 cm., así que si multiplicáis os dará un buen numero de metros de hilo utilizado.

Diseñé este tipo de bobina variable para evitar hacer conexiones en la misma a intervalos regulares, o tener que utilizar condensador variable 0 ferritas. Precisamente, otro problema que ha surgido en vuestros montajes es el del condensador variable: muchos no localizan condensadores de la capacidad marcada, o se complican la vida en el momento de conectarlos, pues algunos condensadores vienen montados en tanden (dos o más en uno) y no saben qué conexiones tienen que utilizar. Con esta bobina el problema del condensador queda eliminado, por que no lo usaremos.

El hilo de la bobina tiene que ir bien ajustado al cuerpo de la botella y con las vueltas bien apretadas (sólo lleva una capa de hilo). El hilo lo fijé con cinta de carrocero para que no se moviera mientras bobinaba.

Una vez construida la bobina conecté el resto de componentes; para esta prueba ni siquiera hizo falta soldarlos. En la foto apenas se aprecia el diodo de germanio, pues es de cristal y muy diminuto, pero debajo hice un croquis del circuito para situarlo. El resto de componentes son fáciles de identificar.

Como no tengo auriculares de cristal, y además son difíciles de conseguir, utilicé el sistema del transformador para adaptar impedancias. Encontré por los cajones tres transformadores ya desmontados, de los que se utilizan para alimentadores: todos eran con entrada de 220 voltios; las salidas de cada uno eran 9, 12 y 24+24 voltios. Fuí probando para ver cuál daba mejores resultados, pero como ya intuía, el de 9 voltios aprovechó al máximo la señal. Si hubiera tenido un trasformador con salida de 6 voltios hubiera mejorado aún más la ganancia del circuito. Como auriculares utilicé los de una radio Walkman.

Como antena y toma de tierra usé lo que tenía a mano: un largo cable bifiliar de teléfono. La antena la conecté al mismo hilo del cursor, y la toma de tierra al otro extremo de la bobina (uno de los lados de la bobina queda al aire, como se puede ver en la foto, porque no se utiliza).

Todas las labores de montaje las hice sobre una tabla de planchar, y buscando una buena tierra pensé en el trípode metálico de la propia tabla, pero fue insuficiente, como veréis más adelante.

Como véis en el esquema, el cursor tiene que moverse a través del cuerpo de la bobina, pero el hilo es aislante, así que tuve que raspar una franja de arriba abajo con mucho cuidado (para que las limaduras no hiciesen corto después entre las vueltas) de unos 3 cm. de ancho, hasta que el cobre quedó desnudo en esa zona (se ve en la foto que hay una franja vertical más brillante). Después con mucho cuidado limpié todas las limaduras con un cepillo.

Para esta prueba no me paré a diseñar y construir un cursor (como la que aparece en la foto de la bobina antigua italiana que encabeza la primera parte de este artículo), simplemente uní una pequeña malla de cobre al extemo del hilo que va al diodo, y con mis manos aisladas (para no derivar a tierra a través de mi cuerpo las débiles señales que entran por la antena) fuí moviendo la malla de cobre por todo el cuerpo de la bobina, procurando que las puntas metálicas de la malla hiciesen un buen contacto con las vueltas de hilo mientras la desplazaba.

Al principio no conseguí escuchar ninguna emisora, a pesar de que oía chasquidos al mover el cursor, lo cual significaba que en principio el circuito estaba bien montado. Como primera medida estiré todo el cable que servía de antena (el de color amarillo que se ve saliendo hacia arriba por el cuello de la botella), y lo desplegué por todo lo alto de un armario, a unos 2,5 m. de altura.

Repetí la operación de desplazar el cursor, pero seguía escuchando chasquidos, así que rápidamente eché la culpa a la toma de tierra. Obviamente, el chasis metálico de la tabla de planchar no sirve. Busqué algo, un somier metálico o similar, pero no localicé nada de ese estilo. Pero, de pronto lo vi, tenía una hermosa, maravillosa toma de tierra: toda la instalación de calefacción era de cobre, y además estaba instalada a la vista, por el zócalo de toda la casa.

Limé un poco una zona del tubo, enrollé a su alrededor el cable bifiliar de teléfono y, ¡¡Eureka!!, nada más ponerme los auriculares y mover un poco el cursor comenzaron a escucharse emisoras con una fuerza como no había oido antes en este tipo de aparatos. Las mejores señales se recibían con el cursor situado a 2/3 partes de la bobina (justo como aparece en la foto), eso si, varias de ellas se entremezclaban y sólo la más potente se escuchaba con claridad. Sin embargo, pude seguir sin problemas la emisión de fútbol de Radio Nacional de España; también entraba con fuerza la Cope, la cual identifiqué rápidamente por el tipo de contenidos que estaban dando (religiosos, obviamente).

Para mantener fija una emisora, simplemente fijé el cursor sobre el cuerpo de la bobina con cinta de carrocero (véase la foto).

Y hasta aquí el experimento. Creo que su construcción no tiene ciencia, así que ya podéis hacer vuestros montajes, siguiendo este ejemplo o innovando vosotros mismos.

Suerte.


fuente: natureduca

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